29 marzo, 2013

Protocolo en la Mesa para los Invitados (I)

Las normas de protocolo están para ayudarnos, no para "fastidiarnos"Cuando estamos invitados a una boda, debemos hacer gala de nuestros mejores modales, incluso cuando se trata de bodas muy íntimas donde sólo habrá familiares y amigos. 

 
El protocolo en la mesa no es un cúmulo de normas rígidas que nos encorsetan, es una forma de mostrar respeto a los demás. Y, de hecho, la mayoría de las normas de urbanidad, tienen un porqué: facilitarnos la vida a nosotros mismos y a los demás.


Aunque estoy segura de que la mayoría de estas normas de protocolo para comportarse en la mesa ya las conocéis, nunca está de más recordarlas, así que aquí tenéis una selección que os pueden ser de utilidad y sacaros de más de un apuro:


Comenzando por el principio...

  • Sentaos a la mesa en el lugar que nos han destinado, aunque no nos guste. Los novios son los que han decidido cómo colocar a los comensales; hay que respetarlo, es su boda. Y han empleado mucho tiempo para hacerlo, creedme.
    Es importante no arrastar las sillas a la hora de sentarse o levantarse de la mesa: es muy molesto
  • Sólo debéis sentaros a la mesa cuando lo haya hecho la novia. Si sois chicos, deberíais sentaros una vez que lo hayan hecho las mujeres que tenéis como compañeras de mesa. Y, si queréis rizar el rizo y dar muestras de caballerosidad, podéis ayudar a sentarse a la dama que tengáis al lado colocándole la silla. Este comportamiento no es una muestra de machismo; se trata de que el protocolo dicta que, entre un hombre y una mujer, la persona con más rango es la mujer, por eso ocupa el lugar preferente y es receptora de más atención.
  • A la hora de sentarse es importante que tengáis en cuenta que no se deben arrastrar las sillas. Es un gesto descuidado y que molesta a los demás invitados con los consabidos chirridos. 
  • Entre vosotros y la mesa debería haber una mano de distancia aproximadamente. Recordad que el pecho no debe estar sobre la mesa ni tampoco hay que tomar el autobús para llegar al plato.
  • La forma adecuada de sentarse es con la espalda recta, pero relajada. No sólo es una postura más elegante, es que además os facilitará la digestión. Eso sí, es imprescindible evitar el envaramiento, os hará parecer incómodos y poco habituados a las comidas sociales. 
    El bolso no debe colocarse en la mesa: mejor detrás de la espalda o en el suelo
  • Los codos no deben colocarse sobre la mesa durante la comida, sólo los antebrazos. Si no podéis resistir la tentación, procurad hacerlo entre platos, nunca mientras coméis. Esta norma tiene como fundamento no molestar a los otros comensales, si tenemos las alas desplegadas invadiremos su espacio; ocupamos menos si tenemos sólo los antebrazos sobre el mantel.
  • Chicas: el bolso se deja detrás de vosotras, entre la silla y vuestra espalda y, si os resulta muy incómodo, podéis dejarlo en el suelo. No se debe colocar sobre la mesa; ya suele haber poco espacio en las mesas de gala, como para recargarlas más, por no hablar de que se pueden manchar con la comida o la bebida.


La servilleta

  • Cuando os sentéis, debéis desplegar la servilleta inmediatamente y colocarla sobre el regazo, preferiblemente con los bordes mirando hacia vosotros. De esta forma, cuando os limpiéis la boca, lo podréis hacer con uno de los bordes interiores y así no quedarán a la vista manchas de carmín ni de comida. Por supuesto, la servilleta no se coloca en el cuello y se deja en la mesa. La función de este elemento se limita a limpiar la boca y a evitar se manche el regazo, no la pechera.
  • La boca debe limpiarse no sólo después de comer, también habrá que hacerlo después de beber.La servilleta debe ser usada con corrección y sólo para lo que está diseñada
  • La servilleta no debe servir para sonarse la nariz, ni para limpiar los cubiertos, tampoco el mantel; es una tremenda falta de higiene. Y ¿qué iban a hacer los fabricantes de pañuelos si todos usásemos la mantelería para estos fines?
  • Si os tenéis que levantar durante la comida, acordaos de dejar la servilleta sobre la mesa y en un lado; doblada ligeramente, ni sobre la silla ni llevándola con vosotros. Se nota mucho quien no usa servilleta en casa, porque se le suele caer del regazo cuando se levanta.
  • Cuando os levantéis definitivamente de la mesa, dejad la servilleta ligeramente doblada y a un lado (preferiblemente el izquierdo). Eso sí, no os esmeréis en el plegado, porque los camareros al recoger las mesas no deben pensar que la servilleta no ha sido utilizada.

Aprovechando que ya estamos sentados y con la servilleta en el regazo, hasta aquí llega la primera parte de este post, como es un tema largo lo dividiré en tres partes para que sea más fácil de leer.


En la segunda parte, os hablaré acerca de los cubiertos, las copas, el pan y la llegada de los platos. 


Continuará...


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